lunes, 9 de agosto de 2010

Hagamos cuentas



En una hora caben:
cuatro páginas de libro
(dulcemente leídas)
cuatro exalaciones de alhelí
patatas y cebollas
zapallo y zanahorias
cortadas en rodajas silenciosas
cayendo de una vez
en el agua que bulle;
cuatro constataciones de capullos nuevos
sábanas estiradas (cuatro pares)
el perfume del alma del pasillo
un café a medias
cuatro recuerdos, cuatro evocaciones
andadura de cuartos, detenciones
abrir el agua, alguna decisión
un miedo súbito y...
el ansia de la vida ¡a bocanadas!

                                                               
                                                                                      de " El libro de Lobodrina"

3 comentarios:

  1. Me encanta este poema, creo que ya te lo había dicho... Qué relativo es el tiempo. Cuánto cabe, pero qué rapido se nos escapa.

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  2. Me acabo de dar cuenta del detalle de los "cuatro pares de sábanas"... ¿no serían dos? Máximo tres, si estaban los abuelos... De repente qué grande, pleno y redondo de me hace el número cuatro...

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  3. Querida mía...
    Recuerda (en casa de la señora Dorita), cada uno tenía su cama y éramos...¡cuatro!

    Sí, me encanta el cuatro. Es... "perfecto"

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