sábado, 4 de septiembre de 2010

La muerte en Venecia.

Leí “Muerte en Venecia” de Thomas Mann cuando tenía 20 años y la entendí como una metáfora, por eso me gustó. Debo ser sincera: me apasionó como le apasionan a una las cosas cuando se es joven y no se termina de entenderlas. Trataré de explicar que vi yo en ese libro...aunque lo que me inspiró sea ya... cosa pasada.


Assenbach, el protagonista, es un hombre “del norte” curtido en el intelecto... alguien que ama la disciplina y la dignidad, que está tremendamente seguro de sí mismo y de su estatus como respetado profesor de filosofía. Cultiva la razón, la mesura y la distancia... Parece, en una palabra, un hombre blindado frente a cualquier tentación, el que va a Venecia a recuperar la salud.


Lo vemos llegar ...Es un caballero muy digno con su traje impoluto, sus sienes grises y su rostro demacrado el que encuentra, sin buscarlo, a Tadzio (un bello adolescente alojado en su hotel). Assenbach no es un homosexual, por lo menos nunca se dice de manera explícita en la novela, sino un hombre tímido y vulnerable, que es abrumado de pronto por una “belleza” que se le impone desde fuera en su forma más equívoca y perturbadora: la de un muchacho, casi un niño, que lo deja inerme. No veo nada que podría haberlo avergonzarlo más.


Se lo ve tratando de recobrar la compostura inútilmente. Ha caído en las garras de "los sentidos". Se ha enamorado de un cuerpo sensible y la emoción va degradándolo inexorablemente. El pobre profesor intenta a su vez gustar a Tadzio y cae en la tentación del maquillaje, del traje a la moda, de la tintura en las sienes... Es así como va extraviándose en los meandros de eso, frente a lo que Platón puso tan en guardia a su sabio-filósofo...¡el deleite sensual!. Porque la belleza, al contrario de la inteligencia que es fría y árida, nos lleva a "la verdad", siempre a través del camino tortuoso de los sentidos y es peligrosa porque produce en quién la experimenta, ese deseo de posesión, al que solemos llamar amor y que si no estamos en guardia, nos puede hacer confundir con "lo eterno", lo que no es sino espejismo, pura forma, huella acaso de aquello que no se puede poseer y que nos vuelve ridículos cuando osamos alargar la mano para atraparlo. Es al fin de cuentas, un problema de distancia...

Esa hambre fue la que se despertó en el protagonista, que finalmente agoniza vencido en una playa desierta y...mientras en su rostro el sol derrite el innoble maquillaje y le tuerce el sombrero de “pisaverde”, cree percibir en su pobre corazón enamorado, un atisbo de esa “verdad”, que su inteligencia había intentado atrapar en secas e innumerables horas de estudio y adusta disciplina filosófica...y pareciera entregársele al fin... ahora, en el último gesto de Tadzio allá en la orilla...que él recibe extasiado.

Es un poco trágico Assenbach... no puedo negarlo.

Muy poco después, por la misma época vi la película de Visconti, con esa música de Malher que oída una vez, no se olvida jamás ...y la metáfora cuajó y se convirtió en algo que me seguía resultando misterioso y sugerente: ese enigma permanente que es todo corazón humano y su eterna posibilidad de extravío. Esta "Muerte en Venecia" no ha perdido para mí su capacidad de sugerencia...

Pero dicho esto, tengo que reconocer que cuando volví a leer la novela hace un par de años, descubrí que había perdido toda su magia. Por más que yo quería, no podía ver sino la historia un poco sucia entre un viejo libidinoso y un equívoco adolescente.

Mientras tanto yo había leído la biografía de T. Mann y topado con "el hombre". Se me hizo muy desagradable. No es que fuera homosexual no declarado (no soy en absoluto homófoba) sino que no soporté que desde su potestad de padre de familia, se permitiera abusar de algunos de sus hijos... a los que produjo un daño tal que en alguna ocasión se resolvió en suicidio ...Yo perdí la inocencia y la metáfora devino pura y dura literalidad. Lo que antes me emocionaba profundamente se me hizo odioso.

Descubrí algo más...Cuando los primeros amores caen, su retumbar es horrible.

2 comentarios:

  1. Es que influyó la biografía en la nueva interpretación del libro...?
    Porqué se mantiene "la capacidad de sugerencia" en la película...?
    Muchas veces mas vale no conocer las intimidades de los artistas, no? Solo su obra.
    El lobo.

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  2. Sí, a veces es bueno no conocer los entresijos de la personalidad del creador, aunque para mi desgracia, la tentación es grande...
    No sé por qué...pero en la película yo recobro la primera metáfora...¡es la música y el magnífico Dick Bogard, creo yo!

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