sábado, 30 de abril de 2011

Metamorfosis imprescindible


Pájaro en vuelo

He violado las lindes de condiciones previas
me despedí, aliviada, de humanos atavíos
y me dejé las alas
y no le hui a la pluma
haciendo verdadero mi revuelo y escándalo.

Me negué a las palabras manchadas de cerebro
y aposté a rescatarlas en un pecho de pájaro.

Qué parto laborioso desandar las arterias
desnudarme de vísceras demasiado pesadas
simplificar el nervio, condensar los tejidos...

Ese labrar adentro luchando por sus músculos
me bajaba los párpados y me abría pupilas.
éramos un gemido oscuro que elegía
la célula indecisa donde nace la vida...

Pasó la primavera, tornaba el aguacero
crecían los muñones tercos de mis espaldas...
Me parí años enteros impotente y pletórica
monstruosa y vulnerable....
La ansiedad de la curva despegó mi estatura
y en un cielo de marzo me volé...¡ golondrina!


(Escribí este poema en época difícil; a veces la poesía es un verdadero antídoto contra la desesperación.)

3 comentarios:

  1. Ciertamente, amiga Begoña.
    Coincidencias, justo esta misma mañana andaba pensando que nuestra vida es un trasegar continuo de mariposa a larva y de larva a mariposa. Y en cada metamorfosis va muriendo algo de nosotros y al mismo tiempo surgiéndo aspectos nuevos y enriquecidos llenos de nuevos coloridos, un nuevo ser más precioso todavía, y más consciente.

    Me gusta mucho el poema y la nota al pie del poema. Algunas veces también he usado notas al pie del poema, porque más que servirme de aclaraciones -que también lo son-, me producen la sensación de contacto directo con los lectores, de estar manteniendo una conversación relajada con un amigo, me dejan sensación de calidez.

    Un beso, Begoña.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta este poema... le siento peso. Quizás esa pesadez de la que intentabas zafarte; esa laboriosidad que mencionas y se arrastra en los verbos, en el verso más largo, más lento... Quizás por eso: porque cuesta.

    ResponderEliminar
  3. y...¡por Dios! que me costó. es uno de los poemas que más laboriosamente he construido. Me alegro de que hayan quedado claras las cicatrices de la tarea.

    ResponderEliminar