domingo, 14 de octubre de 2012

...de tumbas




Tumba de Cortázar en Montparnase

La de Julio Cortázar, en el cementerio de Montparnase, es blanca y escondida. Se debe caminar hasta el tercer distrito y detenerse en el supuesto número doce para encontrarla. Es muy fácil pasar de largo. Su tumba, una losa de mármol blanco muy puro prácticamente a ras de tierra, relumbra entre el gris que la rodea. Esta dividida en dos partes. La mitad superior recuerda a Carol Dunlop (la osita) la inferior, a Julio(el lobo). La mitad de Carol está muy limpia y vacía…un extraño ser parecido a una cuncuna alzada parece acompañarla... ¿alguna señal intima de esos dos que ahora yacen juntos?
En la superficie del escritor se amontonan los exvotos; abundantes piedrecillas del mismo cementerio que se supone han sostenido papeles (hojas de cuaderno cuadriculado, restos de libretas sucias y carcomidas…) algunas piedras lastran colillas y algún que otro porro... Veo en un costado la foto en polaroid de una niña extraña…Hay quien ha escrito directamente en la lápida una cartita de caligrafía un poco demasiado redonda e infantil. En un hueco de la parte inferior vislumbro una botella semillena ¿Pisco?...
No toco nada. Dejo mi rosa roja justamente entre los dos,cuidando que la flor caiga del lado de Carol…sé que a él le hubiera gustado.
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En el mismo cementerio pero en la antípoda de Julio, descansa para siempre el Cholo Vallejo bajo granito gris muy pulimentado que no le va nada. Es una lápida evidentemente muy actual…como si se hubiese muerto el año pasado. Una tal Georgette ¿su esposa? le dedica un verso en francés donde se mencionan la nieve y el sueño y que yo no termino de entender, ni me gusta.
Sí, se murió, el pobre, en París y con aguacero... ¡Hay veces en la vida, yo no sé….!

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Leonor sigue en Soria en “El alto espino”, en una tumba de piedra muy vieja que se encuentra nada más entrar al cementerio y girar hacia la izquierda, si recuerdo bien. Una reja con volutas un tanto corroídas la rodea y, un ramo de rosas plásticas de color violáceo luce como una bofetada justo sobre su nombre…
¿Quién incumplió tan mal el ruego del poeta? Ël pidió para ella... las primeras flores de las huertas.
Estás traiciones anónimas me producen una extraña tristeza.
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En Urgul, a un costado de la ladera junto a los pinos obedientes al viento, en el llamado Cementerio de los ingleses, yace William bajo un bellisimo monolito inclinado por el tiempo.
Cuando subo a visitarlo alguna soleada tarde de otoño, pienso que tuvo que ser de verdad, rubio y hermoso, que seguro amaba los versos y que agradece la caricia en su piedra, de mi mano...
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Duerme junto al mar y en altura, Maricarmen. Su tumba está orientada hacia el Cantábrico, en que las dos nadábamos cuando éramos niñas…junto a su nombre una declaración de amor un tanto grandilocuente escrita es el idioma de los vascos…”El que te amó en la vida no te olvidará en la muerte”. Apenas si gozó del azahar…apenas

4 comentarios:

  1. Es como si en un único tiro de cámara de 360 grados aparecieran las ocho tumbas de los poetas selectos y seres queridos y al pasar, cada uno de ellos recitara sus versos en un día lluvioso de otoño:

    “Me moriré en París con aguacero…
    Tal vez un jueves, como es hoy, de otoño”

    “Necesito esa puerta que me dabas
    para entrar a tu mundo, ese trocito
    de azúcar verde, de redondo alegre.”

    “Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía…
    Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.”

    Como siempre precioso y sugerente, Begoña.
    José Ramón.

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  2. Mi querida y buena escorpio-que de tu signo,haberlos haylos de ambas orillas-no creo en las casualidades y he aquí una muestra.
    Referencias a 5 tumbas cuando tengo mi mente y mi corazón en esa 4ª tramada de la sección 14 del cementerio de Valencia donde precisamente hoy hace 46 años descansan los restos de quien me enseñó a ver flor en cardo.Mi querida madre,la amatxu,que tú bien valoras.
    Gracias por tu dulce empatía en momentos para los que no importan los años,sólo el cariño.
    De las 5 tuyas, me quedo con la de Leonor "soñé que tú me llevabas por una blanca vereda..." y con la de Antonio,en Colliure, adonde me gusta soñar slow.

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  3. Puesto que para esta maquinucha sigo siendo un robot si trato de identificarme en Google,no he podido añadir comentario sino anónimamente pero soy Paz Risueño Villanueva

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  4. Todos caminamos con nuestras “piedras” en la espalda, viene bien, de vez en cuando, pasarles la mano para quitar el polvo de las letras. De mis extraños me quedo con la de mi tocayo en Père Lachaise, las de los otros, me acostumbré a su peso en los bolsillos hasta que el viento me lleve con ellos.
    Un abrazo vecina.

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