sábado, 25 de febrero de 2017

Susurros.




Estoy sola
bebiendo el vino de la tarde
y te recuerdo...

Han seguido pasando 
instantes y estaciones
te susurro:
el crisantemo se secó
murió la gata
junto a mí juega un niño
 que no pudiste conocer...

Te hubiera regalado en esta tarde
el tono de la que fue
nuestra hora de violines...

El silencio habría extendido su poder hacia a la noche
pero nuestra mirada
 hubiera prevalecido
plena de llama 


Ya no tengo tu oído gentil
cerca de mí...
y  el silencio y la noche 
y el frío rondan.

2 comentarios:

  1. Susurros para ahuyentar la sombra que su ausencia proyecta. Acertadas formas del verbo venir para describir el paso del tiempo sin ella. “Vinieron pero tú no viniste… pero tú ya no puedes venir.” “Ya no hay oído gentil cerca de mí” evidencia la falta de respuesta a tus lamentos. Extraordinario y triste relato de la vida con cuatro palabras “el crisantemo se secó, murió la gata.” Sublime el recuerdo de esa “mirada de poderosa intimidad.” Tu poesía hace vibrar el corazón como si fuera un violín acariciando melodías. Como siempre gracias, Begoña. José Ramón.

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  2. Hay un hilo de mi biografóa poética del que te has hecho profundo conocedor a fuerza de leerme. Para mí es,quiza por lo inusitado, un precioso regalo. Una vez más, gracias, José Ramón.

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