Ya se doró la fronda, hermana.
En mi patio la margarita bebe y bebe...
Pensamientos, ciclámenes y brezo lucen su gloria
pero yo me quedo siempre con mi alhelí
que se obstina en crecer y aromar pese a la hora.
Para él mis más dulces palabras de mañana.
La parra se ha vuelto puro susurro
al atardecer aún la visitan los gorriones...
Cuando oscurece
la lámpara la vuelve un tamiz ámbar que observo embelesada
desde mi puerta
Ya se despertó el frío.
He sacado las ruanas y los recuerdos...
Te pienso junto al fuego
las manos ocupadas y
el corazón errante allá, por allá lejos.
¿No escuchas que te canto bajito
"aúlla un perro, madre" mientras tejes
y yo miro el celaje que se hiela?