jueves, 9 de febrero de 2023

La afortunada



¡Mírame esposo!

Para que riele esta noche de agosto

tan lejana y hermosa como acostumbro.

¡Tócame esposo!

Para que pueda acodarme en el alféizar

toda abandono y cadera quebrada

¡Bésame esposo!

Para que vaya impoluta a los infiernos

con la suerte hecha el óbolo bendito

que reserva la vida a las felices.

Esposo de áureos dedos

¡descórreme la aurora!

Inaugura la luz, alto de lanza

fuerte de escudo.

¡Dime!

Si tú conmigo

¿quién osaría sorprenderme?

Tus caballos avanzan aguerridos

hacia un nadir desleído de miel

por mor de tu mirada en mi costado.

Amado ¿te quedarás conmigo

hasta el final del día?

¿Aquietarás mi miedo

con tu flauta de fiesta?

Amigo, escúchame un momento

¡acaricia las zorras desatadas!

Ruedan sobre el regazo tus granadas

y su jugo corroe mis desdichas.

Aquí, debajo del manzano

soy amada

de cadera a razón, acariciada.

Soplas sobre mi empeine

acaricias sin daño mi cintura

de par en par me miras

en noviembre, en almendros

en la distancia mínima ¡tan dulce!

Tardes de las conversaciones

en que fluyen saltando

pequeños pensamientos sin corteza...

¡Ay esos tiempos

de los puentes, de la lluvia finita

de las manos  inevitablemente juntas…