Para mi amiga Marisol.
Es imprevisto y grácil. Tinteneante como canica que se acerca saltando. No es azul, ni verde, ni amarillo, ni gris. Sé que tiene el negro profundo de los terciopelos irisados. Es un terroncito de azúcar que convierte el acibar más amargo en un insólito trago de miel, en una frase de Malher persistente y constante el corazón del ruido, en una redonda certeza, el ángulo agudo del desespero.Es una dulce estocada. Un toque que devuelve a la vida mengüante su maravilla rara por un momento. Suficiente para hacer pertinaz la sonrisa de asombro...
Si yo fuera una de esas hadas que acuden a las cunas de los niños pequeños, intentaría llegar siempre atrasada, un poco después de la inevitable bruja amarga y cuando ella lenta y solemne como suelen hablar las que creen que todo lo saben, lo hubiera dicho absolutamente todo solo entonces, avanzaría yo sin disimulo, besaría a la criatura muy suave para asegurarme mi porción de gozo y humildemente entonces, me apoyaría con suavidad en el pechito y conminaría en silencio a mi hermana alegría a abrazar el corazoncito virgen.
Ninguna bruja mala puede prevalecer frente a ese toque de terciopelo. Ninguna.y Así, cuando lleguen las porfiadas penas, la sequedad de los lirios, la fuga de la luz. el toque delicado de mi misteriosa hermanita en el nervio que solo ella conoce, descontrolará la alquimia perniciosa y en contradicción perfecta con esa pesantez que inclina a tierra, su gotita de elixir permitirá ese vuelo pasmoso de golondrina joven que se eleva y que rasa un verde que no existe más que en las entrañas de quien vuela y ha sido tocado por terciopelo.No conozco vuelo más perfecto.
¡¡¡ Azpaldiko, amuma !!! que ya vengo yo de vuestra Donosti... ¿llena de cariños? bueno,con tanta saudade que este toque-terciopelo se ha convertido en caricia.
ResponderEliminarComo siempre,gracias
Deseando se rozada por ese toque de terciopelo, esa niña que, asustada y temerosa se oculta agazapada en algún lugar de mis entrañas. Esperando que llegue algún día esa caricia que la libere. Zorionak, Begoña, porque escribes belleza. Besarkada handi bat.
ResponderEliminarBego...precioso vuelo el que narras!!!! Seguro que la gotita de elixir logra el cambio y asegura el vuelo que te saca de las "porfiadas penas"...Es hermoso. tu prima maite
ResponderEliminarHermoso vuelo el que describes....seguro que el toque de elixir destruirá las "porfidas penas"...Es precioso!!!! Besos de tu prima maite
ResponderEliminarMe sublima tu dominio de la palabra bien atribuida, del verso implícito en cada frase, del terciopelo que desprende cada uno de tus textos, en especial este. Envidia de esa golondrina. Un abrazo
ResponderEliminarEs prosa poética; más bien, alta poesía en prosa. Me ha encantado el texto.
ResponderEliminarAdemás de una inmensa ternura y protección me sugirió una idea que nunca había albergado, y es que: estoy seguro de que nuestras caricias, nuestros besos, nuestro amor, descontarán a esas gotas amargas que el día de mañana esa bruja perversa, de la vida, se encargará de traer a toda criatura cuando va creciéndo. Sin duda, nuestras gotas de amor servirán para descontarle a las amargas.
Lo he leido con gran placer, Begoña. Un abrazo.
Precioso. Seguro, seguro, que ese terciopelo sana.
ResponderEliminarEs curioso, que ese toque terciopelo sea quien nos rescata, cuando la bruja mala actúa con su descomunal peso.
ResponderEliminarLa vida no deja de sorprendernos...
Eukene
Ederra, Begoña. Besarkada Marisoli eta zuri..
ResponderEliminarOlatz
Precioso, Begoña , Lo único que nos salva es el amor
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