¡Velar los espejos!
bajar la luz…
Aprender la mirada
que sobrevuela.
El surco es cada vez más hondo:
es mejor no conocer la magnitud
de los destrozos.
Las viejas cortesanas se bajaban
el velo para siempre, recibían
solo al atardecer y a media
vela…eran sabias
Hay que aprender
a distanciar al mundo así
también bajarle el velo
y preferirlo en malva…
En uno y otro caso
despedirse con gracia
es cuestión de acertar con el momento.
Supongo que llega un momento, no se cual, en la vida, en el que la sabiduría va tomando un espacio que le estaba destinado. Nos conduce, a cada cual según sus vivencias, a reinterpretarnos.
ResponderEliminarBienvenido sea el tamiz malva para que guarde nuestros, tan arduamente, conquistados misterios.
Me uno al ZORIONAK para tu potxolo.
Eukene
Rechazando la imagen cruel, ignorando la profunda herida, a oscuras, en silencio, alejada del mundo, perdida ya la esperanza ante el difícil momento del adiós. Tristísimo poema hecho con jirones del alma. Un abrazo Begoña.
ResponderEliminarJosé Ramón.