Cuantas castañas que no recogimos
se amontonan en el reino del jamás nunca
cuántas ausencias a las seis de la tarde hacia tu casa
cuanto té dulce que jamás volveremos a beber...
En este día de hoy, estoy en Elantxobe
cogida de tu mano
frente a una tumba que ya no sé encontrar
Hemos puesto crisantemos amarillos y
como cada año me cuentas la triste historia de Begoña...
Ahora se me amontonan los muertos, aitatxu
y prefiero congregarlos frente al fuego de mi memoria invicta
y en esta noche de negro terciopelo
apasionadamente dejarme abrazar...
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