Ahora que me he vuelto agraz y taciturna
Ahora que te me has vuelto tan tercamente hosco
¿Recuerdas aún agosto?
¿ Y las calles de invierno de tarde y con llovizna allá en el sur del mundo?
Palpita todavía en mi oído tu llamada de gato cariñoso cuando empezaba el día…
¿ Seguirán nuestras sombras deambulando por el Pincio?
¿Crees aún en las mentiras lindas que yo te murmuraba frente a la estatua de lord Byron?
Y ¿ el jardín de Aranjuez aquella mañana tan íntima que casi nos dolía...?
Y...¿ la tarde de Roma?
¿ Y mis enaguas ondeando puro destello en el oscuro cuartito de la vía Sixtina mientras yo me dormía?
Y...¿ la rosa del Rialto ?
Ya no soy ya la muchacha cimbreante de entonces
Ni la mujer en sazón que te apasionó tanto
Pero cada vez que recuerdo
sigues siendo tan misteriosamente bello
tan perfectamente hecho a mí medida ...
que
a pesar de la maldición de los años.
Me deslío en gotita de miel inevitable, para tu boca, amado
Aunque todo cambia, todo sigue. Cómo lo dices de bien, Bego. Es una maravilla cómo tus palabras se ajustan a los conceptos de forma inmejorable y a pesar de la oscuridad de algunos tropos, todo resplandece y resulta meridianamente claro.
ResponderEliminar