Hay una vida solo...
solo una, para ser imperfectamente felices.
Dueñas de los resquicios, amigas de los bordes de luz, empeñosas avizores de huellas desvaídas, no debemos desangrarnos en lágrimas a menos que nos sirvan para observar más claro
Nos quedará un puñado de luciérnagas cuando lleguen los días del adiós
Entonces...
abriremos cautelosamente la palma y sabremos que fuimos,a pesar de todo,
imperfecta, cautelosamente, felices.
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