En la desganada hora del verano
escuchaba la pelota rebotar contra el cemento y
volvía la página …
Me estiraba como un gato.
La voz clara de mi madre me llama
-Alguien ha venido- me dice
El último verso se va conmigo a
abrir la puerta y…
Eras tú, siempre eras tú cómo
una bocanada del destino.
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