martes, 11 de marzo de 2025

Tiempo biblico






Mis brazos se han vuelto convulsos

Ni siquiera clarea un parpadeo

de candil, mi mirada

Me volví vagabunda de mí misma

Y sin atisbo de luna.

me estrello continuamente entre la sombra...

Antes mis brazos trenzaban

recibía miradas como hojas de sauce

 y el austro mecía verbenas y granadas

Solía ser entonces  dulcemente acechada

apresada con ansia

mantenida en calor de certidumbre.


Pero llegado el tiempo...

un frío gélido se volcó  sobre mí

como si la tramontana, el ábrego y el pampero me abatieran juntos.

Me convertí en tierra de nadie:

en árgoma, escaramujo y leña


El tiempo bíblico se cumple inexorable

(El Eclesiastés no se equivoca)

"Hay tiempo de abrazar y tiempo

de que  los abrazos... caigan"






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