miércoles, 6 de abril de 2022

Conversando con Marina.



Yo nunca iré a Elabuga. Nunca.
  Me quedaré en el serbal otoñal
para buscarte

Y en el ámbar ceroso y oscuro

que se volvió lumbre por la costumbre de tu seno...

Si puedo, viajaré a Praga

y subiré la montaña…

Caminaré la estación de Smichow pero...

Jamás me detendré en Moscú

ni en París (tierras malditas)


Yo también tengo algo así

como tu ranita verde 

la que cambiaste por tu harto mejor collar de lapislázuli...

Caprichosa Marina, no te juzgo

Te dio mucho calor, mucho juego

aquel anillito chino.


Te he buscado impenitente en tus poemas… pero no pude alcanzarte 

(mi oído castellano es incapaz para tu acento ruso)

Se me escapaba el ritmo, el balbuceo …

Sé que me quedo sin tu música

Marina, siempre estoy a las puertas.

Pero te encontré en tus cartas delirantes, en tus borradores, en tus márgenes….

y te quise Marina

por tu orgullo, tu absoluta altivez de poeta casi nunca leída

Por tus máscaras que se adhirieron a ti como tu propia carne...

la amante pura brasa sin cuerpo

 la esposa que seguía al esposo

" como un perro"

La madre que no supo amar de verdad a su niña


Te quise por esa persistencia tuya de la pluma entre la mugre, la loza por lavar, la ceniza …

por tu pelo encanecido y tus ojos verdes…

por tu funesto destino que no entendió nadie.


Ayer eran las dos y yo leía…

alguien vaticinó que tu ceniza daría más calor que tu llama

Más de cien años después  doy fe.

Aferro tus palabras y me niego a dormir si no bebo la última…

Marina, tengo sed y tú tienes agua


Como siempre me pasa quiero cambiar la historia

Me pasó con Celan, con Miguel Hernández, contigo…

Poetas de tiempo aciago, obligados a caer y a tropezar

las doce estaciones del calvario


¿Qué fue de tu Icono? ¿quién lo tiene?

Estoy gozando su brillo desgastado

entre la penumbra de lo sucio y lo feo…

Jamás un cuarto propio,

nunca un manto…

solo el vestido azul de Bohemia

solo los abscesos y la media ceja…

también ¡tus ojos verdes!


En tu patria de abedules y pellizas

en medio de esas cuencas de oro y de bosques sombríos

tú solo encontraste un gancho lo suficientemente fuerte

para aguantar la soga…


Lo entiendo. Casi te ayudo a izarte y no te dejo sola en ese trance

Acomodaré tu vestido y cerraré tus piernas…

abriré el ventanuco de la isba… 

Me arrodillaré ante ti, magnifica Marina

patrona y mártir de todas las poetas.



4 comentarios:

  1. Marina, yo tengo sed y tú tienes agua ¡ qué belkeza, Marina..digo Begońa !

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  2. Yo tampoco oiré nunca su música (y cuánto me hubiera gustado poder hacerlo...). Tampoco sé conversar con ella a través de esas certeras señas (la mugre, la loza, la pelliza, el icono, la isba, los ojos verdes...qué bien sabes encontrarlas). Pero su destino de poeta irreductible, su orgulloso martirio, su tragedia, tan rusa, tan aristocrática, me hirieron de inmediato y me trajeron su palabra a través de la lengua y el alfabeto extraños... Insobornable Marina, nadie como tú representa para mí el orgullo y el dolor.
    Muchas gracias, Begoña.

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  3. Quién le iba a decir cuando escribió "A ti, dentro de un siglo"... Eskerrik asko, Begoña, por tu magnífico poema...

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  4. Todas las primaveras son luminosas, gracias al "lumen" de tu vela de cera de abejas rojas.
    Impregnas tus palabras con tinta de aroma de lirios y frescor de menta.
    Gracias Begoña.
    José Ramón.

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