Suena en medio del vino
que atrapó al ratón de la cueva
hace tres lluvias...
cada uno de los diez granitos de arroz
que alcanzó a comer antes
caen sobre mi conciencia..
Yo no me creo la poesía de cuartos propios, ni de horarios, ni de tiempos libres...
A mí no me funciona.
El verso solo me sube en medio de la vida, a trompicones; en medio de una clase a medio preparar, una cebolla ya casi troceada, una niña que juega, un ángulo, un recuerdo rabioso...
Sólo entonces...
lo saboreo en medio de mis manos ansiosas por hacerse de papel, de lápiz y de pausa que, sin embargo deben y saben mantenerse en lo oscuro...
El verso fiel persiste.
Hay una vida solo...
solo una, para ser imperfectamente felices.
Dueñas de los resquicios, amigas de los bordes de luz, empeñosas avizores de huellas desvaídas, no debemos desangrarnos en lágrimas a menos que nos sirvan para observar más claro
Nos quedará un puñado de luciérnagas cuando lleguen los días del adiós
Entonces...
abriremos cautelosamente la palma y sabremos que fuimos,a pesar de todo,
imperfecta, cautelosamente, felices.
A veces toca visitar a los muertos...
Sentir como chirría la reja al empujarla
e irse deteniendo comedidas y lentas
en retazos de historias, en punzantes sonrisas que estuvieron tan vivas...
Aún centellean los pequeños detalles:
la boina, las gafas, la permanente dura, los pequeños pendientes...
Encuentro a una muchacha que escribió unos poemas a quien pongo margaritas en el búcaro yerto
María Isabel se llamaba.
Hacia el norte, alguien que amó el sol de la mañana se aclimata a la sombra
Hay muertos que se quejan de estar tan separados de aquellos con los que compartieron cobija: es duro para ellos...
Flores, flores, flores de mentira
Silencio y esas fotos que son señas lejanas...
Tenemos que volver con "las primeras rosas de las huertas..."
Yo prometo aromar la tierra donde yace aquella...
la que fue poeta.
Las poetas solemos ver "encajes en las telas de araña"
En medio del bullicio de niños y sartenes, escuchamos la música delgada de eso que está tan cerca, tan a punto, que podría arrebatarnos hacia el dulce silencio de la pluma rasgando...
Tratamos de retener el verso.
Es una carrera denodada entre fuera y adentro: casi siempre las manitas o el guiso que se quema o la terrible pesantez de la vida ganan, pero a veces... balbuceando, queda el verso en el dorso de una lista de compra
En medio de los inevitables caos cotidianos, desayunamos en taza de Limoges con la gracia exquisita de antiguas princesas desterradas
Miramos a alrededor y sonreímos bebiendo aún más lentamente, mientras las sórdidas huellas de la vida se acumulan...
Voló el vilano
¿Te llegó?
¿Pudiste descrifrar su ortografía?
Te escribí de corrido
sin absolutamente ningún enigma:
Todos se fueron resolviendo a lo largo del invierno.
Con la flor, con el poquito de agua, con la primera luz
fue cuajando mi carta volandera...
Te decía que te quiero
¿Lo entendiste, verdad?
Cuando el diente de león
se convierta en vilano
te escribiré.
Será una carta suave y sorpresiva:
una caricia.
Te llevará mi deseo
que cuajó a lo largo del invierno.
Miro todos los días mi diente de león
orondo en mi mejor maceta.
Lo dejé vivir
cuando solo era una pequeña sierra
que permití cuajara
en espadas flamígeras.
Le agregué su gotita de alimento
y no me olvidé de regar ningún día
a esa pequeña maravilla vanidosa.
Ahora disfruto de su belleza hirsuta
esperando su cabecita rubia que
algún día se convertirá en vilano
Para que yo...
te pueda escribir.