Flor de acacia |
No es una tarde más
es un regalo
el que Dios hace a mi memoria viva.
Me huele igual,
jaspea un algo en la brisa
que acaricia otra piel y...
somos dos la que ves avanzar
por el camino.
Una que fui
de mi mano de ahora
se deleita
y me gozo en su distancia recobrada.
Pero también me hiere
otra distancia,
aquella de la cual como hoy
colgaré dulce y erguida
en el último mayo,
el que abroche
la ronda de mis seres.
Precioso, todavía veremos florecer muchas acacias, que espere esa última ronda
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ResponderEliminarAbundan las sugerencias en tus poesías. Releyéndolas aparecen nuevos conceptos, distintos colores y aromas, parecen nuevas en cada lectura. Son puro néctar. Gracias. José Ramón.
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