sábado, 22 de noviembre de 2014

De visibilidad y poderío ...




"Y...Dios creó a la mujer" Eliana Tuscello, pintora argentina.

                                                          A Libe, que tiene una hija, para que no olvide la tarea.


Nada puede hacer más imbatible la autoestima de una mujer que el haber nacido en una familia en la que ha sido querida y valorada en razón de ser quién era: una niña.
Una familia en que la madre ha planteado desde la infancia, expectativas como la de ser médico misionera en el África profunda o el próximo premio Nobel de literatura y el padre le repite encantado -eres tan lista como tu madre- hacen posible en toda mujer la persistencia de unas alas que pugnarán siempre por desplegarse en vuelo, sean las que fueren las circunstancias que el futuro le depare.

Tuve que esperar a mis quince años para tomar conciencia de que mi sexo implicara algún tipo de limitación. Fue a través de la literatura. Leyendo a Unamuno, al que sentía algo así como mi alma gemela, fue que me enteré de que " las mujeres en razón de las particularidades de su sexo, están limitadas a desarrollar únicamente el género literario epistolar" La frase me hizo caer del limbo y tomé conciencia de que muchas veces, demasiadas, lo que hiciera y cómo lo hiciera, me sería juzgado de acuerdo a una categoría en la que yo hasta entonces no había reparado; mi pertenencia al sexo femenino.
Desde entonces he perdonado con un poco de condescendencia la "miopía" de muchos grandes hombres y sus juicios sobre aquello que lo femenino sea  (Aristóteles, Kant, Nietzsche...) Mal que mal, ni hombres ni mujeres podemos sustraernos del condicionamiento que nos impone nuestra época. Pero tal vez por ello, he admirado mucho más a algunos como el viejo Platón, ciudadano de una de las más misóginas sociedades que se conozca y que pese a ello, fue capaz en La República, de dejar claramente establecido que "Aquellas mujeres que estuviesen naturalmente capacitadas, deberían ser educadas de la misma manera que los hombres capaces porque..." no existe nada más ventajoso para una ciudad que el que existan en ella hombres y mujeres dotados de todas las excelencias posibles" Esto se escribió en Grecia el siglo IV antes de Cristo.  Platón prueba que, aunque siempre nuestra época y circunstancias nos condicionen, no nos determinan.

La infancia y adolescencia suelen ser momentos privilegiados para imaginar una vida

lunes, 10 de noviembre de 2014

Para mi niño que cumple dos años







Txo, txoritxo, gossito, cavalettito....Enzo:



Cada día tus nombres deliciosos me vienen a la boca a veces uno, a veces, otro y suele ocurrir también que en tumulto, me llenen de ambrosía.... los paladeo largo  y  marcho después  a mis quehaceres con la lengua fragante y el corazón saltarín.


Cuando era pequeña, mi madre me contó la historia de un niño con abrigo azul y rizos dorados que había caído una noche en el desierto desde algún desconocido planeta. Me hizo amar aquella historia escrita únicamente para quienes conservaran un corazón de niño.