Aprender la mirada
que sobrevuela.
El surco es cada vez más hondo:
es mejor no conocer la magnitud
de los destrozos.
Las viejas cortesanas se bajaban
el velo para siempre, recibían
solo al atardecer y a media
vela…eran sabias
Hay que aprender
a distanciar al mundo así
también bajarle el velo
y preferirlo en malva…
En uno y otro caso
despedirse con gracia
es cuestión de acertar con el momento.