A Cástor, "el lobo"
Dime, qué fue de nuestra cueva,
de aquella románico-tardía
de la que amplia, vacía y abrigada
me entregaste la llave, la noche del “Sí, quiero”
En todos estos años la has llenado
y me topo por todos los rincones
con oseznos llorosos
abejas de aguijón descuartizado
maripositas grises
arpías tremebundas y patéticas…
a quién prestas mis perlas, lobo absurdo.
No me importa tropezar con un cerdo simpático
leyendo mis poemas pero…
me irritan mis vestidos y mis alas
adornando a quien decidas tú;
saqueador, dueño del guirigay,
¡lobo metido a San Francisco pobre!
¡Vamos! Que no me da la gana de compartir
espacio, alegría y costado…