lunes, 19 de febrero de 2024

PIEDRA

 



Vino de Mostar...
Vivía bajo el puente que cruzaba el Neretva.
Puente que resistió el trasiego de carros
tanques, huidas, gritos 
desolaciones... 
Una historia terrible 
que aguantó siglos
como una majka, 
como una büyükane de pañuelo blanco.
Pero una vez ya no no pudo aguantar y lo cayeron... 
Y aunque quisieron luego
fue imposible reunir todas sus piedras 
(la mía quedó suelta en el lecho del río) 
Mi piedra está pulida de desgracias
se acopla fácil a mi mano. 
Es tibia y tiene un no se qué de vieja
y no sé qué... de sorda 
Está conmigo y se porta como un acto de fe. 
Cada vez que la toco, tiembla. 
Yo imagino que debe haberse asustado muchas veces
con ese miedo opaco y liso de las piedras... 
Yo la miro a mi piedra 
la palpo, la acaricio 
le pregunto como si pudiera contarme
de otomanos, de croatas,
de tristes bosnios... 
Ella trata, pero no puede
Es una piedra arrasada.

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