domingo, 22 de noviembre de 2020

Ya se doró la fronda, hermana...


 
Ya se doró la fronda, hermana.

En mi patio la margarita bebe y bebe...
Pensamientos, ciclámenes y brezo lucen su gloria
pero yo me quedo siempre con mi alhelí
que se obstina en crecer y aromar pese a la hora.
Para él mis más dulces palabras de mañana.

La parra se ha vuelto puro susurro
al atardecer aún la visitan los gorriones...
Cuando oscurece  
la lámpara la vuelve un tamiz ámbar que observo embelesada
 desde mi puerta

Ya se despertó el frío.

He sacado las ruanas y los recuerdos...

Te pienso junto al fuego
las manos ocupadas y
el corazón errante allá, por allá lejos.

¿No escuchas que te canto bajito 
"aúlla un perro, madre" mientras tejes
y yo miro el celaje que se hiela?

7 comentarios:

  1. Jodé, bonito de verdad, Begoña. Yo he escrito algunas cosas, pero hasta hoy no me había sentido muy acariciado por las musas. Sin embargo, ahora he terminado un poema pensando en Koro Tello, aunque lo comencé como un modo de luchar contra los momentos de autoestima deficitaria. Es igual. A veces pienso que como el recorrido de la vida y el recorrido de eso que llamamos fe y que creo que es búsqueda antropológica y desesperada de trascendencia, el inicio y el final son dirmore el mismo y los caminos y vericuetos recorridos tan sólo distracciones que nos hablan de lo maravilloso y único que es vivir. Gracias por estar ahí. Te pienso muchas veces. Un beso.

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  2. Hola, Íñigo. Con el poema decimos y nos decimos lo que de otra manera es imposible. Yo observó en mí cada vez mayor sencillez y complicidad con las cosas. Además así,pongo una cuña en el tiempo, para poder volver a él y dejarlo durando.
    Gracias por tu comentario. A veces la sensación de falta de eco es abrumadora.😘

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    1. Eso es lo que he aprendido de la poesía y creo que lo digo siempre que sale el tema: que es un lenguaje diferente a través del cual se pueden decir cosas que de otro modo es imposible. Y eso se descubre cuando se escribe. Me pasa mucho con todo lo que emprendo. Me interesa, por mi exceso de curiosidad, cuál es el mecanismo que sostiene la música, incluyendo el concepto de memoria musical (lo descubro y luego no me importa tanto el virtuosismo y por eso lo aparco), qué se siente buscando, entre todas las cosas que te rodean, lo que debe ser fotografiado, qué debe de ser aprendido (aprehendido, quizá), que hay detrás de eso que se llama “trazo” en el dibujo, o cómo la tecni del collage, es una forma de cambiar el orden de las cosas, como cuando se cambian los muebles de un sitio casa y descubrimos que tal objeto tenía una utilidad desconocida, escondida. Quizá debería conformarme con esta curiosidad que me ha sido concedida y vale, pero la autoestima en riesgo siempre me pide que no me quede quieto. Es un equilibrio inestable, un sacar provecho de los propios defectos, un deseo de trascender... quizá también por eso me impacto el libro de Steiner. Y quizá por eso tampoco me importe reconocer mi propia mediocridad. Pues no lo sé, Begoña, en ocasiones todo parece intuitivo en esta vida.

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  3. Quizá tengas razón, pero en mí, tu poesía, cala. Me ocurre con ella, sin embargo, que debo encontrar el momento y que este sea de calidad. Y eso no me resulta fácil.

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  4. Eres un " buscador" apasionado, Íñigo.Steiner, que era un " recordados" como yo, te hubiera calificado así. Lo tuyo es pura vida ávida. Quizá sea lo que me encanta de ti. Sí me pidieran elegir entre todas tus actividades creativas creo que me quedaría con la fotografía. Creo que ahí tu intuición es tremendamente certera: tienen una belleza y verdad que me emociona continuamente. Para mí con tu cámara, eres un maestro, amigo.

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  5. "Buscador" , categoría de los ávidos.
    Creo que hay un cuento de Cortázar en relación a estas categorías. Creo que se llama " El perseguidor", pero en realidad es es justamente lo contrario de tus búsquedas. El cuento es muy bueno.😘

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