Ciruelos en flor (Arles,1888) |
Ese ciruelo
flota en el infierno
y no lo sabe.
Luce su primavera
tan hermosa, tan perfecta…
En cada una de sus pequeñas maravillas
se siente, equidistante, el cielo.
Es inocente.
Ojalá nadie se lo cuente nunca
está vivo y no sabe que...
el hacha ya ha bajado
y sólo falta el soplo que lo tumbe
Así las primaveras, con sus ciruelos y sus almendros, poco a poco comienzan sus inviernos.
ResponderEliminarAbrz.
Qué grande maravilla, Begoña. Ese "y no lo sabe", que marca la inocencia de quienes existimos sin tener conciencia de las cosas, y sin tener tampoco conciencia de que ya estamos tronchados irremediablemente, juega en el poema el papel de llave hacia algo parecido a una premonición de lo que se avecina...De ahí el desasosiego que deja en mi corazón,,,,
ResponderEliminara veces es mejor que mantenga su inocencia .... de lo contrario va sufrir mucho.
ResponderEliminarSeamos todos inocentes sin apercibirnos de la existencia del hacha.
ResponderEliminarLástima que en Andalucía no abunde el ciruelo, pero la higuera me dió, este verano, su perfume y su fruto dulce.
Precioso poema.
Bs.
Sigo pensando que es hermosísimo....
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