Campiña italiana |
Los seres humanos tenemos la suerte de poseer una facultad que es fuente de no pocos dolores pero también, de sobreabundantes deleites. Es dulce poder "volver"otra vez a ese tiempo dorado en que se fue tan profundamente feliz. Yo tengo la suerte adicional de poder traducir mucha de esa emoción en palabras. Cuando esto ocurre, la poesía se transforma en algo así como un "punto de lectura" que pongo entre las páginas de mi vida, para que no se me olvide y poder volver una y otra vez...
Yo fui muy feliz en aquellos días de julio de año 98 en que recorrí Italia a bordo de un seat Ibiza, acompañada de un hombre al que amo y me ama todavía...
Di…Te acuerdas de Orvieto
la frustrada delicia…
Te acuerdas que fue nuestra
la laguna…
que era fácil quererse por las tardes
de fuente en fuente…
de colina en colina
vestidos de presente habitual
pluscuamperfecto...
Recuerdo…
que eras hermoso
tendiendo mis enaguas
que eras dulce a mi lado en la ventana
anocheciendo en silencio hacia Florencia…
febrero de 1998
Como siempre,qué hermosa forma de despertar al día.El de hoy Viernes Santo,que con tu palabra,Begoña,no es de dolor ni muerte.
ResponderEliminarMe gusta tu recuerdo de unos días de Italia en 1998 que ¿casualidad? en algo se asemejan a los míos en 2009 a bordo de un Nissan Almera que yo conducía porque no había hombre al que amar y sí dos congéneres que llevar haciendo terapia contra ellos,tras traumáticas rupturas.
¿Casualidad que escribieses tan dulces recuerdos justo un año antes de uno de tus más dulces días? ¡ahí queda eso ! Muxu