sábado, 25 de abril de 2020

Crónica de un tiempo incierto.



Y
febrero afilaba la guadaña
mientras marzo oreaba sus tules y sus fastos. Se acercaba
la cadencia de la noche equinoccial
Y el tonto marzo, el superficial marzo
ventoso, no supo que las gasas y las brisas ocultaban un filo perfectamente a punto.
Febrero fue un afilador cum laude.
 Por eso fue que
nadie acudió a la fiesta.
Primavera lloró como una adolescente contrariada…
Destrozó sus inútiles guirnaldas
Pataleó sobre el florido destrozo su fiesta arrebatada.
No soportaba la falta de miradas, de brazos rebosantes, la falta de lilas en las salas…de cometas, de pasos de niños...
No entendía la pobre, 
que febrero y su mano descarnada
habían segado las manos y miradas.
y que abril y que mayo estaban ya tocados de ausencia y añoranza.

Pero... llegará junio, el noble junio a mellar la guadaña. 
¡Creedme!
 Podremos otra vez comer
a pie de árbol cerezas y granadas

1 comentario:

  1. El iris del arco anuncia el fin de la tormenta. Se te ve saltando contenta de verso en verso, porque el sol empuja a las negras nubes y tú nos descubres que ya has visto brotes de la primavera. Y esas lágrimas rojas que se escurren silenciosas del cielo ¿Por quién lloran Begoña?

    José Ramón

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