viernes, 6 de junio de 2025

Sopa de lentejas cocinado en Gaza por Amal.

 


Sopa de lentejas, cocinado en Gaza por Amal.



La necesidad de explicarme por escrito se me me hace imperiosa a veces, como cuándo me encuentro ante un fenómeno que se me hace urgente entender.

Me ocurre que frente a lo que está pasando en Gaza, no puedo entender la imperturbabilidad- Cómo se puede llevar a cabo un genocidio con tal crueldad y desmesura, cómo se puede convivir con él y no hacer nada por condenarlo y tratar de impedirlo. Estas son cuestiones que me han obsesionado siempre, pero que en  estos días por diferentes razones, casi me agobian.

En estos momentos estoy leyendo "Londres 38" de Philippe Sands. Es un libro que documenta los antecedentes de la detención de Augusto Pinochet en Londres y, en relación con otras facetas de la vida del dictador, se habla también de  la amistad que lo unió con Walter Raff, criminal de guerra nazi, inventor de las cámaras de gas móviles en las que se calcula que murieron asesinadas por monoxido de gas 97.000 personas.  El invento, según su declaración, tenía la intención no solo de conseguir eliminaciones más rápidas y eficientes, sino, además de preservar la salud mental de los soldados encargados de llevarlas a cabo, que solían quedar muy perturbados cuando tenían que fusilar a grupos de prisioneros entre los que abundaban  viejos, mujeres y niños pequeños.

He recordado también  a mi madre hablándome acerca de los Campos de exterminio. Solía contarme  algo que me perturbaba mucho en aquellos días. Cuando los  Aliados liberaron los campos  y descubrieron sus horrores, obligaron a toda la población del  pueblo cercano a desfilar frente a las fosas abiertas y los cadáveres andantes. Los obligaron a recoger, apilar y disponer a los muertos insepultos en nuevas fosas que tuvieron que primero cavar y luego cubrir. Por qué razón hicieron eso pensaba yo, al fin y al cabo ellos no habían hecho nada.

Esta mañana he escuchado mientras planchaba, a Juanjo Millas en su programa semanal. Nos ha leído la carta que le envía un médico español destacado en Gaza y  que además de explicar el horror que suponía tener que operar con ibuprofeno, hacía mención a cómo actúa el ejercito israelí. Aunque ahora que escribo a vuela pluma, pienso que esta información quizá esté mezclada  con la que he recibido también esta mañana un poco más tarde, en un programa que se llama "Carne cruda" . pero para el caso, no importa.

La actuación israelí se lleva a cabo de manera aséptica.  Se atacan los objetivos mediante tanques, buques o drones. Prácticamente no existe el cuerpo a cuerpo.  Se destruye y pulveriza a la ciudad y sus habitantes desde lejos, desde arriba.  Es probable que estos soldados no hayan visto nunca niños desmembrados, ni madres rugiendo. Lo suyo en interpretar bien mapas y coordenadas y pulsar los botones adecuados ejecutando órdenes. No puedo evitar recordar a Jürgen Habermas...Tal vez alguien  de quienes pasaron por mis clases de filosofía, recuerde aquello de "La razón instrumental", esa, que dado un fin (que jamás se cuestiona) opera tan solo utilizando los medios más eficaces para conseguir dicho fin. Si recuerdan, espero que recuerden también eso de que "La ética se juega en los medios, nunca en los fines". Ojalá no lo hayan olvidado y se indignen con lo que está pasando en Palestina.

He leído por otra parte,  que en Israel la mayoría de la población secunda los propósitos sionistas. Los "árabes" no les importan. En realidad sólo los temen. Han visto hasta la saciedad imágenes de los ataques qué Hamas llevó a cabo  el sábado 7 de octubre de 2024 contra kibutz vecinos a la franja de Gaza. Conocen los nombres, rostros e historias de los que fueron asesinados y que se les parecen tanto. Lo saben todo de quienes fueron tomados como rehenes.

De quienes han muerto ó están muriendo en Palestina solo creen que son terroristas. (55.000 terroristas?) No tienen nombres ni historias. Los únicos rostros que conocen son los de los dirigentes abatidos.

Y, como ya sabemos, "Lo que no tiene nombre no existe" Lo que no vemos, tampoco. El comportamiento ético exige compasión y ésta solo es posible si se tiene imaginación. La necesaria para  aceptar la pregunta incandescente...y si fuera mi hijo, mi madre, mi hermano quien estuviera allí.

Estos últimos días he entrado poco en mis redes. Los algoritmos me tienen enfilada y abrirlas significa navegar en el infierno. Ya no aparecen recetas ricas, ni bordados de flores. Difícilmente aparece "Mami Carmen" allá por El Oriente , como ella dice,recogiendo su yuca... No quedan gatos y paisajes apenas.

Me inunda el horror y la impotencia de imágenes insoportables y a veces, cierro los ojos para poder respirar.

Quizá por pura necesidad de rostros e historias, he convertido en un rito entrar todos los días en Instagram y buscar el plato que cada día prepara y nos manda  Amal, la mujer de Hayed Hammad  (traductor de español en Gaza) y que fotografía Dalia, su hija. Omar, el hijo mayor ya no está. Murió hace unos días al salir a buscar comida. Antes la imagen la envíaba él. Veo el arroz con un poquito de tomate para dar sabor, la sopa de lentejas, el pepino cortado en cachitos pequeños en ese plato  blanco. Sé así que continúan vivos.

Todos los días mando un mensaje a mi familia de Gaza.

En realidad es fácil no sufrir, no hacer ruido, mantenerse  equidistante mientras las cosas pasan. Basta cerrar los ojos, sellar los oídos, seguir como si nada con la vida linda que seguro tenian los vecinos de Auschwitz, aunque quizá porque he leído tanto, porque he escuchado tanto, no quiero hacerlo.

Algún día, me temo, habrá que desfilar sin excusas frente al horror y, a quienes hayan cerrado los ojos entonces, se los abrirán sus hijos con sus preguntas, con su ajuste de cuentas y entonces  ¿ qué les dirán para justificar su silencio?...yo no supe....yo no estaba allí. Yo, yo no podía hacer nada.

lunes, 5 de mayo de 2025

Amor en los 70




A veces en las tardes del invierno llovía

y yo no iba a la Universidad.

Me marchaba contigo por el centro

y recorríamos pasajes y galerías…

Nos gustaban los viejos escaparates y las cosas usadas, por eso

solíamos detenernos frente a una recia cama florentina...

Me regalaste una vez una mosca de marfil

y otra, un collar verde y un anillo con una turquesa chiquitita…

Seguíamos después hacía Mac Iver 

y cuando el frío se nos había asentado

entrábamos a la Biblioteca Nacional…

¿Te acuerdas de José Miguel Carrera y sus cartas?

Dimos muchas vueltas por los salones aquella tarde

y yo no dejaba de pensar que era “El príncipe de los caminos”

tan hermoso y cortés con su capa de husar…

Después caminando lentísimo, como solo los enamorados caminan

llegábamos a mi casa de la calle Vergara

y conversábamos mirando oscurecer la cordillera...

A veces era el Parque forestal y sus estatuas …

 Luego, yo me quedaba estática frente a “La carta” de Pedro Lira después de caminar mucho rato

 Y subir al fin las escaleras del Museo de Bellas Artes...

Recuerdo siempre tu mano en mi cintura,  porque...

caminábamos así los novios de los años 70 allá en Santiago.

lunes, 24 de marzo de 2025

Con Climtemnestra en Micenas



Las piedras no hablan

pero dicen…

En sus junturas acechan

los fantasmas del mito.

Sé que me sentaré

junto a Climtemnestra

bajo el almendro florido

y aceptaré su mano de viento.

Esta cita era inevitable

(desde que leí a Christa Wolf)

Hemos bajado juntas

hasta la cisterna y hemos

tocado el agua

El viento desde el mar

los viejísimos olivos

el desfiladero y la rampa de piedra eran las señales:

Yo necesitaba su mano y

Ella, la mía…

Hemos vuelto a sellar el pacto.


 

jueves, 13 de marzo de 2025

Informe sobre Bolonia

 


           Para Cástor, Loli, José Antonio,  Charo y Chuchi que vinieron conmigo-


  Todo viaje una vez hecho, queda resonando en fragmentos emocionales fuertemente personales que colorean para siempre aquellos días que vivimos en un determinado lugar. 

Si echo la vista atrás, vuelve a mí la caminata hacia Santo Stefano, la dulce tranquilidad de su claustro tan solitario y sombrío, la larga sucesión de pórticos espléndidos, el helado delicioso degustado en una esquina, la librería en la que compré un libro que resultó ser un Quijote para niños traducido al italiano, mi rodilla dolorida, las comidas con mis amigos siempre deliciosas, siempre serenas, la vaharada a jazmin y madreselva al doblar la calle de vuelta hacia el hotel....

Recuerdo también mi empeño ( mujer de libros, al fin y al cabo) por encontrar algún imposible rastro de Giorgio Bassani, uno de mis autores preferidos que nació en Bolonia, pero que no escribió sobre ella pese al haber pasado alli su adolescencia y posteriormente, haber estudiado en su universidad. "El jardín de los Finzi-Contini" transcurre en Ferrara y yo me quedé con las ganas de atisbar su historiada reja y ver el fantasma de Micol deambulando por el jardín.

También me di cuenta de que estaba cerca de Forli, donde Edmundo d´Amicis situó "Sangre Romañola" el cuento de "Corazón" que me hizo sollozar por primera vez con el dolor absolutamente puro de una niña de seis años.

Algunos de mis amores literarios han andado cerca y también han coloreado un poco la ciudad.

Bolonia se asienta en el norte de Italia, en la región de Emilia Romagna. Cerca de Rávena, Parma, Modena, Ferrara. Muy cerca de los famosos Apeninos.

Fue una ciudad a la que llegué una mañana del mes de mayo de 2023, para pasar tres días. Sabía por la información de mi libro-guia que su centro era uno de los cascos medievales más grandes y mejor conservados de Europa. También que aquí se fundó la primera universidad de Occidente, que aquí estudiaron Dante, Erasmo, Petrarca y Copérnico.  Sabía también que fue un lugar clave para el movimiento obrero y que en su estación de ferrocarril, tuvo lugar en agosto de 1980 un terrible atentado terrorista neofascista con el saldo de 85 muertos y 200 heridos.

Supe que era ciudad, como todas las italianas, de palacios e Iglesias fastuosas donde se sucedían los frescos, los dorados, los techos altísimos, las volutas barrocas... Que tenía una excelente pinacoteca que visité y en la que tuve el gusto de ver expuesto un cuadro de Lavinia Fontana, única pintora en conseguir poder abrir su propio taller de pintura en el siglo XVI  Pintó en 1584,  el retrato de la familia Gozzadini, considerada una de sus mejores obras. y que se conserva aquí.

Hasta hoy tiene fama por ser Ciudad Universitaria, aunque la visita a la universidad fue frustrante. Mi sensación fue la de un Palazzo más en el que me fue imposible revivir la atmósfera del trasiego de voces y aulas, propia de toda universidad que se precie. Sin quererlo eché de menos a la Universidad de Salamanca.

Tiene fama de ser un  centro culinario de primer orden. Se pueden comer tortellini con los más variados sabores y rellenos, su mortadela es magnífica, sus tablas de carne fría, deliciosas y se dice que es nada menos que la inventora de la lasagna y la salsa boloñesa. Es verdad, pudimos constatarlo.

En la ciudad predomina el ladrillo, el ocre, el siena. Esos matices apagados, con una nota de fulgor tan típicos de los rojos, se suceden en fachadas, pórticos, cúpulas, tejados... Tal vez sea por todo esto que a Bolonia se la llama:

"La Dotta, La Grassa, La Rossa" 

La belleza de la ciudad está por una parte en lo que evoca y es una belleza por lo mismo, con algo de melancolía. Tuvo que ser verdaderamente bella esa Bolonia medieval surcada de canales (ahora soterrados pero en el que todavía queda uno, reclamo triste para turistas, que puede vislumbrarse desde un ventanuco donde se agolpan las cabezas). 

Hubo una vez en que allí se alzaron hasta 100 altas torres de las que ahora sobreviven solo dos: la de Assinelli de 98 metros y la Guerisenda mucho más baja e inclinada. Sin embargo hay también aquí una belleza que se mantiene invicta: la de los pórticos que se recorren calle a calle con sus arcos y columnas a lo largo de 37 kilómetros abrigando y protegiendo a su gente porque aquí llueve mucho y hace mucho frío.

El tiempo que nos tocó fue mayormente gris y a ratos lluvioso, pero me di cuenta de que Bolonia tiene un corazón viejo y cálido, que late en sordina en las calles que conducen al que para mí, será el lugar que siempre surgirá en mi memoria cuando la recuerde. El bellísimo complejo. de San Stéfano con su pozo ciego esperando que, al pasar por el claustro, alguien le pida algún deseo. Caminé con lentitud sus  iglesias y sus aledaños y me detuve para sentir el fervor del mármol y de la piedra vieja tan tocada, tan pisada, tan vivida. Sobre el viejo claustro vuelan  palomas pequeñas y en uno de sus ángulos enciendo una lucecita para hacer presente a un niño que vendrá pronto y que quiero que venga bien, frente a una Madonna tan antigua que se deslíe.

 Sí, los viajes son siempre poderosamente personales y quedan inevitablemente tocados por gozos y dolores con los que llegamos y con los que transitamos las calles de  lugares que desconocemos. Yo vine con la esperanza de un niño que  aún no nacía  y que ya me era muy amado y con una rodilla tan herida que hizo cada uno de mis pasos  un dolor. Las escaleras de La catedral, un peldaño alto de uno de los pórticos, un alféizar, el saledizo de una tienda, son  los únicos lugares públicos que permiten el reposo. Quizá sea por esto que Bolonia siempre tenga también en mi memoria una nota inevitable de dolor, el de mi rodilla.

Tocaron dias de fiesta.y tenemos sensación de multitud en las calles. Muchas muchachas y jóvenes portan coronas de laurel y visten especialmente atildados. Una se pregunta si son graduaciones, pero se queda sin saberlo. Hay muchos grupos familiares en torno a cada coronado. Veo  luego, en la Piazza Maggiore, una boda incongruente. La novia va de blanco impoluto pero con un detestable corpiño de cuero negro. El padrino luce un atuendo de rosa integral. El séquito sale del edificio de "La Podesta" (ayuntamiento)  El cortejo es tan incongruente que hace gracia.

Nos cuentan que La Madonna de Luca ha venido de visita a la ciudad y será agasajada en La Piazza Maggiore. Fuimos hacia allá y vimos como se la saludaba con un concierto de campanas y mientras las escuchamos, atravesó y desfiló en torno a la fuente de Neptuno, una manifestación de jóvenes  variopintos a favor de Palestina

Ver pasear a la gente es un placer, En general, la gente es muy morena  y su vestimenta oscila ente  lo que podríamos llamar "estilo extravagante con un punto de sofisticación" y una pobreza muy clásica y muy decente. Muchos vendedores ambulantes se acercan sin acosar. Venden hermosas rosas rojas de tallo largo y también gafas multicolores. Nadie compra nada. Tomamos Aperol en las terrazas, una bebida fresca y de color rosáceo que parece gustar a todo el mundo.

Los adoquines no molestan al caminar pese a las piedras desgastadas, pero aunque se camine bien, no hay donde sentarse. No es una ciudad para viejos. Aquí se transita y una se detiene brevemente para corregir el itinerario o admirar la ´decima maravilla que le sale al paso. El viejo palazzo del rey Enzo aparece así al pasar. Aquí vivió y murió encarcelado el rey Enzo de Córcega y yo, al mirar sus vetustas paredes, adivino su soledad y su frío...

No olvido el perfume a jazmín y a madreselva de la calle que llevaba al hotel, aroma que tiene que volverse embriagador más cerca del verano...

Bolonia, "La Dotta, la Grassa, La Rossa" ha llenado su nombre cumplidamente.


martes, 11 de marzo de 2025

Tiempo biblico






Mis brazos se han vuelto convulsos

Ni siquiera clarea un parpadeo

de candil, mi mirada

Me volví vagabunda de mí misma

Y sin atisbo de luna.

me estrello continuamente entre la sombra...

Antes mis brazos trenzaban

recibía miradas como hojas de sauce

 y el austro mecía verbenas y granadas

Solía ser entonces  dulcemente acechada

apresada con ansia

mantenida en calor de certidumbre.


Pero llegado el tiempo...

un frío gélido se volcó  sobre mí

como si la tramontana, el ábrego y el pampero me abatieran juntos.

Me convertí en tierra de nadie:

en árgoma, escaramujo y leña


El tiempo bíblico se cumple inexorable

(El Eclesiastés no se equivoca)

"Hay tiempo de abrazar y tiempo

de que  los abrazos... caigan"






lunes, 17 de febrero de 2025

Uña




 ¿Me dejas que te lime la uña?

que borre las aristas

que continúe

hasta la yema mullida

para que sea ella la que me toque

roma, roma, roma

sin doler...

Odio tu uña descolorida

tu uña muelle que se gatilla a mi 

contacto experta en la estrategia

del hurgar.


Si fuera por tu uña

yo sería una vena desgarrada

un tendón filiforme

un aullido...