lunes, 27 de septiembre de 2010

Un par de zapatos (Arles, 1888)




¡Magnificat!

También llegó Tabor para el zapato

y tuvo así

su hora de mirada

su soledad de héroe

su estigma...

conseguidos por alguien

que se dejó la vida en el intento.

¡Magnificat!

Vincent hizo de mí la maravilla



Estos zapatos, según testimonio de Gaugin, eran los del propio Vincent. Unos zapatos que venía usando desde su época como predicador en el Borinage belga. Creo que en ellos, se retrató de alma entera.


3 comentarios:

  1. Un poema breve, aparentemente sencillo, pero de gran densidad. Me impresiona siempre la capacidad que tienes de decir tanto en tan pocas palabras. Y... ¡qué cantidad de referencias culturales!

    Por ejemplo, el uso de la palabra Tabor en este poema es brillante. Y no me las voy a dar de erudita: la tuve que buscar para entenderla bien. Y así supe que el tabor (en minúscula) es un tipo de tambor militar, que en el poema puede dar la idea del redoble, de solemnidad, de atención, de que algo importante está ocurriendo.

    También sorprende la cantidad de localidades, islas, montañas, que tienen el nombre Tabor. Sobre todo montañas. Hay muchas cimas Tabor. Y así, los zapatos de Van Gogh hayan también su momento más alto, de cumbre.

    Pero hay una cima que es especial: la del Monte Tabor situado en Israel. Es el Tabor donde se cree ocurrió la transfiguración de Cristo, donde Jesús reveló a los apóstoles una apariencia divina.

    La hora del Tabor es para estos zapatos la hora de su transfiguración, el momento en que se transforman revelando, y esto es importante, su verdadera naturaleza. La verdad es pues, otra cosa de la apariencia, y a veces lo más olvidado, lo más literalmente pisado y gastado, es en verdad, lo sublime. Pero no está al alcance de todos saberlo… y sólo los genios locos como Van Gogh, se obstinan es mostrarlo.

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  2. la excelencia de tu comentario crítico me ha emocionado profundamente, Libe. Además, me has enseñado...Yo, la referencia "Tabor" que dominaba está claro que era la "del monte de la Transfiguración" las demás, no...al volver a leer el poema después de tu comentario, he sentido el redoble del tambor y la exaltación de la posición en alto...que se le adherían haciendo más si cabe de "tabor", la palabra clve del poema.

    La vida me ha regalado muchas alegrías pero tú, Lobodrina, llegas siempre sin el menor esfuerzo, al centro mismo de donde nacen todas...!!

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  3. Me lega una información que yo no conocía y que me gustaría compartir con mis lectore(a)s. Se trata de "los zapatos de Van Gohg en el sentido más literal de la palabra, pues el pintor pintó los suyos, los que había usado antes como predicador el la zona minera del Borinage (Bélgica), donde se entregó como únicamente él podía a su tarea (ppuso sobre si todas las penas de los mineros y sus familias) y acabó destituido por exceso de celo...

    Así, esos zapatos se llenan de un suevo sentido...¡me encantó saberlo!

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