mar de fondo |
Alcanzó cumbre la ola
a punto de volcar
su caudal portentoso
y resolverse en apenas
espuma confundida
después del tronar
de lo volcado...
allá en la orilla
Momento de torsión
fuerza contra sí misma
condenada a resolverse en
onda para...
ya marea de fondo
formar la próxima
que viene...
Mira que llevo unos días dándole vueltas a la idea y tú vas y vienes con la marea y me traes una ola... :)
ResponderEliminarA la tuya le falta mucho caudal todavía, Idoia, vas de crecida...:)
ResponderEliminarMe gusta la idea que la onda que se retrae sirve para hacer crecer otra, un poco como padres y hijos. Gilles
ResponderEliminarHola Begoña
ResponderEliminarSi que cuesta, el espíritu permanece joven y el físico cumple años. Es una belleza ese mar de aprendizaje, de idas y venidas, de resaca, de sonido, de viveza.
Besotes.
Mi querido Gilles, esa es "la filosofía" que late fuerte en el poema. Mantenemos ese mar de fondo para que la ola crezca magnífica y siempre renovada...Cada cual tiene su hora de crecida y de onda...
ResponderEliminarQuerida Mandala, es inevitable, nos queremos siempre como las del Paseo Nuevo en setiembre...¿a qué sí?
ResponderEliminarHola Begoña
ResponderEliminarHoy me he estado acordando de ti mientras paseaba por el Paseo Nuevo. Miraba a Urgull y recordaba el Cementerio de los Ingleses. Y si, si siempre estarán las olas de septiembre. Hoy saltaban levemente y rociaban la cara con la espuma.
Un día de estos tendremos que vivirlo juntas.
Besotes enormes.
Pues sí, querida amiga, ese romper cuando llega y volver a retrotraerse en el océano para llenarse de vida y volver a la orilla para estrellarse de nuevo contra la arena, nos confirma que no hay fin sino eternidad. Cuando regresemos al océano estoy seguro de que será para tomar vitalidad nuevamente.
ResponderEliminarEste poema me gusta más que el posterior. Es decir, me gusta mucho. Cuando un poema despierta mi creatividad y me invita a escribir cosas nuevas, es que me ha calado hondo.
Un beso, Begoña.
¿Sabes? El primer verso lo sacaría y lo dejaría sólo en el título. Creo que es mucho más potente empezar con el "alcanzó cumbre la ola", el otro verso es casi explicativo y creo que con el título basta... ¡Qué cara dura la mía eh!
ResponderEliminar¡Me encanta tu cara dura, mi queridísima editora...!
ResponderEliminarTienes razón. Quito ese verso lastre y... la ola alcanza cumbre mucho más fácil.
¡Hay, Begoña! Esas olas tan impresionantes que terminan bebés arrastrándose y lamiendo la arena, imperios que crecer y caen a lo largo de la historia para que "sea" el siguiente.
ResponderEliminarPero, sobre todo, “ley de vida”, esa que tememos, porque perdamos los recuerdos o el cuerpo ya no nos responda, aunque sea para alimentar futuros…¡chica, no me apetece nada!
Besarkada bat. Eukene
Hay que amar el cénit pero también el nadir...reconozco que lo último no es nada fácil.
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