El sol de febrero es el más inclemente
en su pureza fría:
lo azul es azul
lo blanco, blanco.
Esencial, solo subraya.
No pierde tiempo: desprecia
los matices y las sombras protectoras.
Atreverse a pasear en febrero
sin boina y sin bufanda
dejándose abiertos los ojos
y el abrigo...
Es dejar que la luz penetre
hasta el fondo y
que reluzca el frío
y nos contraiga
hechos uno con las cosas
que punzan de tan bellas...
verdaderas, consistentes, nítidas...
¡puro hueso!
Begoña,ni el más inclemente sol de febrero me ha impedido buscar para tí prímulas en Bertiz http://participacionruralviva.ning.com/photo/albums/se-or-o-de-b-rtiz
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