jueves, 21 de octubre de 2010

Acerca de ...las tres que soy



Hay días en que el estar con nosotras mismas nos encanta. Es un placer dialogar con "esa que siempre va conmigo", pasear en su compañía, sonreirle calladamente en presencia de terceros, silbarle alguna melodía llena de recuerdos complices, guiñarle un ojo burlón en el espejo y encontrar, en fin, que está bien...¡qué nos gusta!

Otros días apenas la notamos. Hay un silencio espeso a nuestro alrededor. Nuestras pisadas resuenan de lo solas que vamos, e intentamos llenar un vacío que a veces nos desconcierta el día, pasando rápidamente de una cosa a otra pero sin encontrar gusto ni interés en lo que hacemos. Las cosas, entonces, se nos vuelven planas.

Cuando se nos va al infierno, aún es más terrible. Cuando nos la secuestran como a Perséfone nos quedamos desoladamente solas. Un invierno cada vez más helado se aposenta en nuestro interior y,entonces, poco a poco, van callándose las voces, los paseos se hacen imposibles, la música se vuelve inaudible y los libros se nos caen de las manos. Toda nuestra inmovilidad se convierte en un grito desesperado que la llama y la busca para que vuelva a devolvernos la primavera y los caminos, el sabor del café, la suavidad de las sábanas, el eco de los otros, las palabras precisas...¡esa, nuestra preciosa soledad sonora!

Todo esto nos ocurre porque somos un misterio. En esa que llamamos "yo", hay por lo menos tres mujeres: La que creo que soy, la que los demás dicen que soy...¡la que me gustaría ser!. Cuando caminan  las tres juntas y acompasadas nos convierten los días en "gozo de sentirse" pero...cuando alguna decide avanzar o retrasarse demasiado, surgen esos días de vergüenza, de indiferencia; los días de infierno...

Vale la pena conocer a las únicas que nos acompañarán mientras nos dure la vida. Sí, vale la pena conocerlas y cogerlas del brazo y caminar juntas sabiendo que no podemos prescindir...de ninguna.

6 comentarios:

  1. Es una bonita teoría que nunca me había detenido a pensar. Lo haré, me gusta.
    Lo que sí es cierto es que merece la pena que conozcamos profundamente a quien/es siempre va con nosotros hasta el último momento de nuestra existencia. Que somos nosotros mísmos en nuestras múltiples facetas. En ese momento sabremos el por qué de cada una de nuestras reacciones y como consecuencia nos mimaremos como merecemos.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. ¿Me has leído el pensamiento? Ayer salimos las tres juntas a dar un paseo por el atardecer donostiarra.

    ResponderEliminar
  3. Sí ¡es cierto! ¡Qué importante es conocerlas! Para mi es una búsqueda constante… Conocerse es un largo, arduo, difícil y permanente proceso, en el cual vamos creciendo o al menos lo intentamos…Tengo la sensación de haberme encontrado con las tres y con alguna otra por ahí… siento que todas son importantes…Ellas son la que me hacen ser …“única e irreproducible”
    Me gustó el artículo
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Hola Begoña

    Cuánta sabiduría hay en tus palabras. Suele ser bonito el diálogo entre nosotras tres, a veces cada "yo" aporta una visión distinta de las cosas y se produce una dura batalla por ver quién de nosotras ganará, sabiendo que todas tienen su "verdad" y esa es la magia de cada ser.

    Me ha encantado el post.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Si me dan a elegir, me quedo con todas...

    ResponderEliminar
  6. Soy la margarita me quiere mucho, poquito, nada que deshojaron los amantes de Teruel. Soy Penélope, Julieta y la reina de Saba. Soy la leona y la gata, la blanca paloma y la zorra descarada. Soy música, danza y poesía. La coqueta que se pinta roja la boca y le saca partido a la cara. Soy el plato humeante con sopa de la abuela, el cuchillo, el tenedor, la cuchara y también la servilleta limpababas. El vino que embriaga y alegra la pestaña, el que aviva los besos de amor de Alfredo y Violetta en la Traviata. Soy la manzana de Eva, el aroma del café recién tostado, el zumo fresco por la mañana. Soy David y Goliat, las siete colinas, las ocho maravillas y la cordillera nevada. Soy la que aplasta gusanos sin piedad, la que hace suyo el canto de la cigarra, soy el zángano, la abeja reina y la mariposa roba alas. Soy el cri cri de los grillos y el croac croac de las ranas. Soy el negro carbón de las minas, el oro del rey Midas y la gran Estrella de África. Soy el Infierno y la Gloria. Soy un poema de Bécquer, un cuadro de Julio Romero de Torres y María Magdalena seducida por Casanova.... No me den a elegir ¡Yo soy todas!

    ResponderEliminar